Anduve todo el día angustiada. De vez en cuando me despojo del sistema al que estamos sometidos como seres humanos de la sociedad actual y necesito reconciliarme con la tierra para calmar mi angustia. Un gran dolor de cabeza me molesta, creo que es de tanto pensar.
Quiero tocarte, que fluyan tensiones y energías. Camino por la calle, pero acera y asfalto nos separan y nos dividen. Cojo mi coche. Quiero llegar allí donde acaba este aislante artificial y hace que me olvide que soy parte de algo muy grande. Me aturde la idea de pensar que formo parte del cáncer que destruye un ser llamado tierra.
Llego a la playa, de buena gana me hubiese dado un gran chapuzón. Me conformo con un gran paseo por la orilla y un rato sentada mirando el mar. Que bien poder sentirte. Es mi forma de abrazarte, de decirte que soy consciente que soy como un átomo dentro de ti. No quiero ser cáncer. Quiero ser un glóbulo blanco, o por lo menos un glóbulo rojo.
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